La peste negra, el HIV y la mutación CCR5-delta 32

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Los mutantes no son personajes de ficción ni son monstruos que le asisten superpoderes y por supuesto ni villanos ni superheroes. La cruel realidad es que muchas personas que sufren mutaciones que no son más que cambios dramáticos en la sequencia de base nitrogenadas de un gen sufren desvastadoras enfermedades,  otros son personas ordinarias y algunos, muy pocos, son extremadamente afortunados cuando la mutacion les provee una ventaja evolutiva que se traduce en sobrevivencia frente a condiciones muy adversas. De hecho no existen mutantes en el sentido estricto de la palabra, solo existen personas que pueden mostrar  o poseer versiones extremadamente inusuales de un mismo gen. Podemos decir de algún modo, que todos nosotros como especie,  de una forma u otra, somos mutantes en un gen u otro, poseemos polimorfismos, o sea, diferentes versiones o alelos de un mismo gen, es esa diferencia polimórfica en mis genes lo que hace que yo sea Ruben y no mi vecino. Es el polimorfismo genético la razón de la inmensa diversidad fenotípica de la especie humana, o sea  genes que se presentan en sequencias alteradas, secuencias todas validas en un gen de un individuo a otro, resultando en diferentes aspectos fisicos, resistencias inmunológicas diversas y hasta inteligencia y conductas disímiles . Recuerden que poseemos 25000 genes nucleares, y en la inmensa mayoría de las ocasiones hay muchas instancias en que un gen se presenta en diferentes secuencias genéticas de individuo a individuo. La pregunta angular es para muchos, cuando un polimorfismo o variación de un gen constituye una mutación , para los biólogos es un criterio simple de establecer, es un asunto de cuan inusual es el polimorfismo, normalmente una variacion dramática, altamente inusual en la secuencia del gen, no común en la población,  y que afecta a la función biológica de la proteina final constituye una mutación. Es mi opinión personal que este último criterio en torno a la proteina y su funcionalidad, un cambio en la sequencia de aminoácidos en la proteina que no permita que esta cumpla su cometido biológico , es el signo inequívoco que una mutación ha ocurrido a nivel genético. Ahora vayámonos un poquito hacia la historia, en plena edad media , la humanidad fue azotada por la llamada peste negra, conocemos de su virulencia y letalidad por relatos,  registros de la época y hasta por los relatos picarescos del Decameron de Giovanni Boccaccio. Fue una plaga, que puede ser calificada con toda justicia de pandemia. Muchos historiadores concuerdan que alrededor de un tercio de la población europea murió como consecuencia de esta enfermedad. No es el tercio que murió lo fundamental de este posting, es el resto de la población que sobrevivió a este terrible flagelo lo que me hace reflexionar intensamente. Inicialmente se asumió, que las clases más pobres y por ende expuestas a precaria alimentación e insalubridad, tuvieran mayor incidencia entre las víctimas fatales, para mi sorpresa los minuciosos registros y relatos de la época para nada confirman esta primera suposición, al contrario estos registros muestran que la enfermedad afectó y mató a lo ancho del espectro social, afectó a pobres y ricos por igual, desde los mas encumbrados nobles y comerciantes con mayores medidas sanitarias hasta los mas sucios y pauperrimos mendigos.Descartada esta suposición inicial que establecía correlaciones entre el estatus social y  mortandad de la enfermedad , es imposible dejar de pensar en genética, evidentemente alguna singularidad inmunológica y genética poseian estos sobrevivientes para salir airosos de esta presion de la selección natural. Por supuesto, lo primero a asumir es una singularidad genética, alguna clase de polimorfismo o mutación que impidió que la enfermedad corriera su curso natural hacia la muerte en pocos dias. Los científicos se propusieron buscar a este polimorfismo entre los descendientes de los sobrevivientes, en áreas donde la plaga impactó con particular virulencia. Ciertas áreas de Inglaterra fueron particularmente afectadas, Londres lo fué de modo singular, pero dado el historial de inmigraciones y movimiento poblacional , esta ciudad no era el mejor lugar para realizar pruebas genéticas, en definitiva, que garantía había que los sometidos a las pruebas procederían de los sobrevivientes originales. Se necesitaba de un pueblo o ciudad, particularmente afectado por este flagelo, donde hubiera habido un pobre movimiento poblacional que garantizara que la población actual era mayoritariamente descendiente de la población que sobrevivió la pandemia. Se necesitaba un pueblo suspenso en el tiempo. Ese pueblo afortunadamente existía y fué encontrado, su nombre es Eyam,  mitad de su población murió a consecuencia de la plaga, y la inmensa mayoría de su población actual provenía de esos sobrevivientes, la inmigración había sido casi nula a lo largo de los siglos, aún más , los pobladores podían trazar su linaje hacia los sobrevivientes de la plaga, justo lo que se necesitaba, un sitio poblado de los descendientes de los sobrevivientes. Si algo inusual existía en el genoma de esta población que les permitió sobrevivir la plaga,  evidentemente sería simple de detectar, bastaba con comparar con poblaciones “normales”. Tras extensos estudios genéticos los científicos fueron capaces de encontrar lo singular, algo inusual había en el gen CCR5, en el cromosoma 3 en esta población directamente vinculada a los sobrevivientes de la plaga. Este gen CCR5 codifica por una proteina que juega un papel esencial en los receptores de las membranas proteicas de las celulas. Una mutación llamada CCR5-delta 32 fue encontrada en número desproporcionadamente alto en esta población directamente descendedientes de los sobrevivientes. Esta mutación básicamente “apaga” o suprime el mecanismos de los receptores de la pared celular impidiendo que virus o bacterias puedan penetrar las celulas. Estudios posteriores mostraron en laboratorio que efectivamente esta mutación confería inmunidad a esta enfermedad. La otra gran sorpresa es que la mutación CCR5-delta 32 también confiere absoluta inmunidad al virus de HIV. Algunas mutaciones son deseables y confieren enormes ventajas evolutivas, no todas nos afligen con terribles enfermedades. Eventualmente esta mutación será mas frequente en el genoma humano, al fin y al cabo es una gran ventaja evolutiva, confiere inmunidad a dos terribles flagelos. Los estudios continuan sobre esta mutación, personalmente no descarto dado el mecanismo de acción de esta proteina mutada que provea inmunidad a otras plagas.

2 Responses to La peste negra, el HIV y la mutación CCR5-delta 32

  1. Sirius says:

    ¿De donde viene el nombre de bubónica?

  2. Sirius says:

    Viendo el siguiente video ya se que viene de los bubones.

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